miércoles, 17 de octubre de 2012

Segundo debate, Obama y Romney


HEMPSTEAD.- Un combativo presidente Barack Obama atacó las propuestas económicas de Mitt Romney en un debate al estilo de asamblea vecinal, en el que acusó a su rival de favorecer un "plan de un solo punto" para ayudar a los ricos a expensas de la clase media. El republicano protestó, alegando que la acusación estaba fuera de lugar.


La verdad, dijo Romney, es que "la clase media ha sido aplastada en los últimos cuatro años". Fue el primero de varios momentos acalorados en el debate de 90 minutos, la segunda de tres citas entre los dos candidatos cuando faltan exactamente tres semanas para el día de las elecciones que definirán una reñida campaña por la Casa Blanca.


Obama apareció en el escenario del debate buscando mostrar un mejor desempeño con respecto a la apática imagen que dejó en su primer encuentro, lo que produjo escalofríos a sus simpatizantes y ayudó a impulsar a Romney en las encuestas de opinión.


El presidente estuvo más enérgico desde el principio, y rápidamente cuestionó a Romney acerca de la economía y la política energética, además de que lo acusó de cambiar de posiciones y declaró que su plan económico era un esbozo superficial que la opinión pública debería rechazar.


Romney contestó tan bien como pudo.


"Tendrás tu oportunidad en un momento. Todavía estoy hablando", dijo en un momento el ex gobernador de Massachusetts mientras Obama estaba a mitad de una frase. El republicano dijo que las políticas del presidente habían fracasado en su intento de impulsar la economía y dificultaban la producción de energía.


El formato de escenario abierto permite que los dos rivales puedan pasear libremente sobre una alfombra roja, y lo aprovecharon.
Sus enfrentamientos crujían, plenos de energía y tensión, y la multitud observaba embelesada mientras los dos se enfrentaban y al mismo tiempo se esforzaban por parecer tranquilos y afables ante la audiencia que también los seguía a través de la televisión nacional.


Una acalorada discusión al principio del debate se centró en reivindicaciones opuestas sobre si la producción de energía está aumentando o disminuyendo. Obama acusó a Romney de tergiversar lo que ha sucedido.
Romney cruzó el escenario para confrontar cara a cara a Obama, a pocos metros de la audiencia. Los dos discutieron enérgicamente, de cerca, antes de que el debate pudiera avanzar.


Los dos hombres usaron los primeros momentos del encuentro para prometerle un mejor futuro económico a un joven que hizo la primera pregunta, uno de los miembros de una audiencia preseleccionada de 82 votantes no comprometidos.


La determinación del presidente para mostrar un lado más combativo se evidenció rápidamente.


Al refutar la afirmación de su rival de que tiene un plan de cinco puntos para crear 12 millones de empleos, Obama dijo: "El gobernador Romney no tiene un plan de cinco puntos. Tiene un plan de un solo punto. El plan es asegurarse de que la gente de arriba juegue con reglas distintas".


"Esa ha sido su filosofía en el sector privado", dijo Obama sobre su rival. "Esa ha sido su filosofía como gobernador. Esa ha sido su filosofía como candidato presidencial. Usted puede hacer un montón de dinero y pagar menores tasas de impuestos que alguien que gana mucho menos".


"Usted puede enviar empleos al extranjero y obtener ventajas fiscales por hacerlo. Usted puede invertir en un país, quebrarlo, despedir trabajadores, despojarlos de sus pensiones y aun así ganar dinero. Esa es exactamente la filosofía que hemos visto durante la última década", dijo el presidente en un sumario demoledor.


Incapaz de responder en detalle debido a las reglas del debate, Romney dijo que las acusaciones estaban "muy fuera de lugar".


Ambos habían ensayado intensamente para el encuentro, considerado un momento clave para Obama tras su apático desempeño en el primer debate.
 
El epicentro del debate 
La polémica ley que criminaliza a los indocumentados en Arizona fue el centro de la batalla dialéctica sobre políticas migratorias entre el actual mandatario de EE.UU. y candidato demócrata a la reelección, Barack Obama, y el republicano, Mitt Romney, en el segundo debate por la Presidencia.
Ambos contendientes apostaron por reformar la actual situación de las leyes migratorias, durante el foro público de la universidad Hofstra de Hempstead, en el estado de Nueva York, en la que fue su primer cara a cara sobre inmigración durante la campaña para los comicios del 6 de noviembre.


Romney aprovechó la ocasión para acusar a Obama de incumplir su promesa de cambiar la legislación migratoria en el país durante su mandato, algo que iba en su programa electoral de 2008, a lo que Obama contestó que hizo "todo lo que pudo" e insistió en que planteó la reforma pero se encontró bloqueado por el Congreso.


"Es muy difícil para republicanos en el Congreso apoyar una reforma migratoria integral si quien lleva su estandarte ha dicho que no es algo que le interese apoyar", explicó Obama, quien insistió en su interés en "arreglar el sistema".


El demócrata señaló que Romney consideró la polémica ley de Arizona, que autoriza a pedir la documentación a una persona que por su aspecto sea sospechosa de ser inmigrante, como "un modelo para la nación", algo que el republicano quiso matizar.


"Dije que la parte de la ley de Arizona que indica que los empleadores podrían determinar si alguien está aquí ilegalmente, que eso era un modelo para la nación", apuntó Romney.


El republicano y el demócrata apostaron por ser duros y perseguir a los criminales que se encuentran en EE.UU. ilegalmente, pero Obama indicó que Romney fue contrario durante las primarias de su partido al "Dream Act", una ley pensada para allanar el camino hacia la ciudadanía para los estudiantes en situación irregular.


Romney dijo estar a favor de entregar más visados y tarjetas verdes ("green cards") a estudiantes con titulaciones científicas.


Arizona se convirtió en el epicentro del debate migratorio después de que la ley SB1070 entrara en vigor, a finales de julio de 2010, y desde entonces esta regulación ha servido de ejemplo para que otros estados sigan sus pasos aprobando medidas legislativas en contra de los indocumentados.
Diario Libre

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