SANTO DOMINGO.- La colocación de verjas de hierro forma parte de las inversiones que han tenido que hacer los propietarios de negocios para evitar que sus comercios sean asaltados.
Hace un tiempo, esa protección era casi exclusiva de compraventas, pero ahora se ha extendido a todo tipo de negocios que despachan a sus clientes a través de rejas o ventanillas. Comerciantes consultados afirman que se han visto en la necesidad de proveerse de esa protección, ante la cantidad de atracos que se cometen en el país.
Farmacias, salones de belleza, ferreterías, colmados, mueblerías, oficinas, consultorios, compañías de taxis y otros negocios, se mantienen bajo rejas para prevenir los atracos. En cualquier barrio de la ciudad se pueden observar los negocios enrejados.
Dos Farmacias del Pueblo, antiguas boticas populares, ubicadas en la avenida México, en el sector San Carlos, despachan los medicamentos a través de una ventanilla enrejada. “En esta área atracan a diario”, expresó Onis Silvestre, empleada de una botica. Para los clientes, esa modalidad no les resulta cómoda, pero reconocen que las farmacias tienen que garantizar su seguridad, como afirmó el señor Julio Ramírez Cabral.
Para ingresar al salón Fior, en la avenida V Centenario, la persona tiene que identificarse bien, pues su propietaria Fiordaliza Peralta mantiene el negocio con llave y bajo rejas. Lo que la indujo a proveerse de protección fue el atraco contra una boutique que tenía al lado, cuya propietaria decidó clausurar el negocio posteriormente. A ella misma también un delincuente intentó quitarle una cadena cuando llegaba al salón.
“La verja la ponemos por la misma situación de los delincuentes, han atracado bastante, hay que pedir a Dios que nos proteja”, señaló.
Fuente: Listindiario.com
Hace un tiempo, esa protección era casi exclusiva de compraventas, pero ahora se ha extendido a todo tipo de negocios que despachan a sus clientes a través de rejas o ventanillas. Comerciantes consultados afirman que se han visto en la necesidad de proveerse de esa protección, ante la cantidad de atracos que se cometen en el país.
Farmacias, salones de belleza, ferreterías, colmados, mueblerías, oficinas, consultorios, compañías de taxis y otros negocios, se mantienen bajo rejas para prevenir los atracos. En cualquier barrio de la ciudad se pueden observar los negocios enrejados.
Dos Farmacias del Pueblo, antiguas boticas populares, ubicadas en la avenida México, en el sector San Carlos, despachan los medicamentos a través de una ventanilla enrejada. “En esta área atracan a diario”, expresó Onis Silvestre, empleada de una botica. Para los clientes, esa modalidad no les resulta cómoda, pero reconocen que las farmacias tienen que garantizar su seguridad, como afirmó el señor Julio Ramírez Cabral.
Para ingresar al salón Fior, en la avenida V Centenario, la persona tiene que identificarse bien, pues su propietaria Fiordaliza Peralta mantiene el negocio con llave y bajo rejas. Lo que la indujo a proveerse de protección fue el atraco contra una boutique que tenía al lado, cuya propietaria decidó clausurar el negocio posteriormente. A ella misma también un delincuente intentó quitarle una cadena cuando llegaba al salón.
“La verja la ponemos por la misma situación de los delincuentes, han atracado bastante, hay que pedir a Dios que nos proteja”, señaló.
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