El fundador de Wikileaks, Julian Assange, comunicó a sus asociados que toda la base de datos de cables de la diplomacia estadounidense "debían de algún modo" ser publicados, según las actas de una reunión a las que ha tenido acceso Reuters. Las notas de aquel encuentro describen una intensa conversación entre Assange y otros activistas de Wikileaks en la mansión de Ellingham Hall, en Sufolk (Inglaterra), en la que vive desde que la justicia británica le dejase en libertad bajo fianza pendiente de una decisión sobre una petición de extradición emitida por Suecia. El país escandinavo le reclama para interrogarle por un delito de violación y dos de abusos sexuales.
El documento recoge "una conversación acalorada sobre los planes improvisados para publicar los cables". Los detalles sobre el debate que mantuvieron fueron revelados ayer por el periodista de The Guardian James Ball, un antiguo empleado de Wikileaks que asistió al encuentro y hoy trabaja en el diario británico. La noticia ha salido a la luz tras conocerse que la página web que filtra documentos secretos, tenía previsto hacer pública su base de datos completa de "251.287 cables de las embajadas de EE UU", de forma que puedan buscarse y sean completamente accesibles en su formato original, sin redactar ni ocultar el nombre de los informantes.
El objetivo de la reunión de Ellingham Hall era analizar el plan de la organización de dar acceso a la prensa a los cables, con la condición de que se editase la información antes de su publicación. El año pasado, grupos de defensa de los derechos humanos criticaron duramente a Wikileaks por publicar documentos del Departamento de Defensa estadounidense sin ocultar la identidad de los informantes, lo cual ponía en riesgo la seguridad de los civiles implicados.
Según las notas de la reunión, un activista escandinavo dijo: "Te das cuenta de que la idea de no sacar TODOS los cables es totalmente inaceptable para la gente sentada en esta mesa, ¿no?". Este comentario habría dado pie a "otro combate de gritos". Según el acta, Assange "insistía en que eventualmente todos lo cables deben ser publicados de alguna forma". El fundador de Wikileaks no ha respondido a un email enviado por Reuters a través del dueño de la mansión en la que reside.
Las actas de la conversación no revelan que Assange o cualquier otro miembro de su equipo quisieran lanzar los documentos sin censurarlos. En un libro sobre Wikileaks de los periodistas David Leigh y Luke Harding, se dice, sin embargo, que cuando se comenzó a hablar de publicar los cables diplomáticos, Assange era reticente a editarlos, pero le convenció la idea de que lo hiciesen periodistas.
Wikileaks culpa a 'The Guardian'
La página de filtraciones de Assange publicó la semana pasada decenas de miles de cables diplomáticos en los que, a diferencia de anteriores ocasiones, la organización no ocultó el nombre de los informantes. Wikileaks explicó en un comunicado que decidió publicar los cables una vez que la clave que permitía acceder a los documentos encriptados había sido divulgada, y acusa en concreto al diario The Guardian de desvelarla en el libro de sus redactores.
El diario británico ha rechazado cualquier tipo de responsabilidad en relación con la publicación de los cables íntegros. "Wikileaks debe responsabilizarse de sus acciones en lugar de tratar de culpar a otros", ha indicado en un comunicado. David Leigh ha asegurado que el propio Assange le aseguró que la clave que le proporcionó funcionaría solo durante un breve periodo de tiempo y que, por lo tanto, ya no sería válida una vez publicado el libro.
El Twitter de Wikileaks, que se sospecha gestiona Assange, también ha difundido artículos de prensa que describen cómo esas contraseñas se pueden usar para desencriptar una o más copias de toda la base de datos de documentos. Al parecer, toda la información que contiene fue depositada hace meses en una oscura dirección de Internet.
Un portavoz del Departamento de Estado estadounidense confirmó el mes pasado que Assange había avisado de su intención de seguir publicando documentos clasificados. La Administración rechazó "cooperar" con Wikileaks.
Los cinco medios de comunicación que colaboraron con Wikileaks -EL PAÍS, The New York Times, The Guardian, Der Spiegel y Le Monde- lamentaron ayer mediante un comunicado conjunto la decisión de la organización de Assange.
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