Un equipo de científicos logró crear al colega perfecto: un robot "con conocimiento científico" y capaz de llevar a cabo cientos de experimentos repetitivos.
Según los científicos de la Universidad de Aberystwyth, en Gales, el robot, llamado Adam, es la primera máquina que logra descubrir de manera independiente nueva información científica.
Ya ha logrado identificar el papel de varios genes en células de levadura y es capaz de planear más experimentos para comprobar sus propias hipótesis, dicen sus creadores en la revista Science.
Los investigadores esperan que con la ayuda de robots como Adam los científicos humanos puedan tener más tiempo en el futuro para llevar a cabo experimentos más avanzados.
"Nuestros colegas robóticos podrían realizar las tareas más mundanas y tardadas" dijo a la BBC el profesor Ross King, jefe del equipo científico que creó a Adam.
"Éste es un prototipo pero creo que en 10 ó 20 años estas máquinas serán utilizadas comúnmente en los laboratorios", agrega el investigador.
Planeación robótica
Como explica el profesor Ross, Adam puede llevar a cabo hasta 1.000 experimentos cada día.
Fue diseñado para investigar la función de los genes en las células de levadura y ha estado dilucidando la función de 12 de estos genes.
Los biólogos utilizan las células de levadura para investigador sistemas biológicos porque son muy simples y fáciles de estudiar.
Si la ciencia fuera más eficiente mejoraría sus posibilidades de resolver los problemas de la sociedad. Y una forma de hacer a la ciencia más eficiente es por medio de la automatización
Prof. Ross King
"Debido a que los organismos biológicos son muy complejos es importante registrar detalladamente los detalles de estos experimentos" dice el profesor King.
"Ésta es una tarea difícil y tediosa para los científicos humanos, pero es muy sencilla para los científicos robots".
Por medio de inteligencia artificial, Adam es capaz de establecer hipótesis, llevar a cabo experimentos para comprobarlas, utilizar el equipo de laboratorio, interpretar los resultados y repetir todo el ciclo una y otra vez.
"Gracias a la secuenciación de la levadura -con sus 6.000 genes distintos que contiene- sabemos cuáles son sus componentes, pero no sabemos para qué sirven" dice el profesor King.
Adam fue capaz de descubrir por sí solo el papel de estos genes observando el crecimiento de las células de levadura.
Para ello utilizó la información disponible sobre la función de genes conocidos para hacer predicciones sobre el papel que un gen desconocido puede desempeñar en el crecimiento de la célula.
Posteriormente comprobó su teoría analizando la variedad de levadura de la que había extraído ese gen.
"Es como un auto -explica el profesor King- si retiramos un componente del motor y lo conducimos para ver cómo funciona, podemos darnos cuenta cuál es la función de ese componente en particular".
Colega costoso
El profesor King subraya que el desarrollo del robot está todavía en sus primeras etapas.
"Si gastáramos todo el dinero que hemos gastado en Adam empleando a biólogos humanos, probablemente el robot no resultaría ser una opción rentable.
"Pero lo mismo ocurrió cuando se fabricó el primer auto. Inicialmente la inversión en la tecnología no era tan rentable como las carrozas con caballos, afirma el científico.
Y agrega que Adam ya demostró que es capaz de expresar sus hallazgos científicos de manera más clara que los humanos.
"El robot expresa sus conclusiones en lógica" dice el profesor King.
"Quizás el lenguaje humano, con todos sus matices, no es la mejor forma de comunicar descubrimientos científicos".
El científico agrega que "si la ciencia fuera más eficiente mejoraría sus posibilidades de resolver los problemas de la sociedad".
"Y una forma de hacer a la ciencia más eficiente es por medio de la automatización. Ésta fue la fuerza que guió al progreso en los siglos 19 y 20 y es probable que continúe siendo así", afirma el investigador.
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